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En algún punto cortaron la alambrada, en otros saltaron la valla que protege la alta velocidad. Los trenes se quedaron sin señal en esa zona y saltaron las alarmas. Las patrullas hicieron fotografías. Es un robo, según el ministro Óscar Puente, en cinco puntos distintos a los largo de 10 kilómetros. Se llevaron 300 metros. Para Transportes, el robo es de una cuantía inferior a 1.000 euros, eso y el hecho de que no sea catenaria sino un sensor que ayuda a avisar de obstáculos en la vía, hace que ellos piensen en el sabotaje para alterar la vuelta del puente. Precisamente, ese conocimiento se le atribuye a las bandas que roban cobre instaladas en la provincia de Toledo, donde más robos de cobre hubo el año pasado. Por eso, expertos en los robos de cobre apuntan a delincuencia y los servicios de información ven poco probable el interés. La circulación se restableció con una velocidad máxima en ese punto de 40 kilómetros por hora, supuso retrasos de una hora, pero sucedió el accidente que ya paralizó totalmente las vías y dejó sin luz a los trenes. Los trenes estuvieron parados en la vía, y cuando fueron a reanudar, un Iryo se enganchó con la catenaria. Hubo que transbordarlo, apartarlo de la vía y reanudar la marcha. Los enganchones de catenaria no son tan infrecuentes, asegura, pero la compañía Iryo descarta el enganchón y dice que al reanudar la marcha ya no tenían tensión.

-Redacción-