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Un coche híbrido comienza a arder dentro de un garaje de Madrid. Está aparcado en la planta menos 3. Los bomberos reciben un aviso. Desalojan el edificio para evitar riesgos a los ciudadanos, ya que se desprenden polímeros y del fuego emanan unos gases altamente tóxicos. El origen podría ser un cortocircuito en la instalación. También retiran el resto de los vehículos para impedir la propagación. "El mayor peligro de estos vehículos de última generación radica en las baterías de litio. Van blindadas, lo que dificulta mucho el acceso para poder extinguirlas en caso de verse afectadas por las llamas. Se apagan con agua, igual que el resto, aunque necesitan muchos más litros", explica Manuel Ferrer, oficial de los bomberos del Ayuntamiento de Madrid. La extinción es exactamente igual que en los vehículos de combustión interna. En estos casos se enfrían y se va monitorizando la temperatura con unas cámaras térmicas. "El problema sería la reignición. Las baterías pueden volver a arder, por lo que necesitan extraer el vehículo del edificio y ponerlo en cuarentena en un lugar seguro, vigilándolo de cerca durante unas horas", señala este profesional. Los garajes deben cumplir con una normativa y cuentan con sistemas de protección ante incendios como los rociadores o sprinklers, aunque estos no son obligatorios. Los bomberos han tenido que adaptarse y aprender cómo actuar en estos casos. "Como cualquier cosa nueva primero infunde respeto, pero hay que documentarse. Pero después adaptamos el procedimiento y procedemos a actuar como en cualquier otro caso", explica Ferrer. Como recomendación a los dueños de estos vehículos eléctricos resalta que lo más importante es hacer un buen mantenimiento: "Si el coche sufre un impacto en la zona de la batería porque se ha subido en un bordillo, que lo lleve al servicio técnico para hacer una revisión y comprobar el estado de las baterías y que nunca lo manipule, ya que lleva cables de alta tensión, pudiendo electrocutarse".

-Redacción-