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La sentencia, suscrita por unanimidad, ha sido demoledora para Daniel, la víctima. El fallo apunta a “versiones imprecisas y vacilantes” del joven denunciante, al que condena expresamente al pago de las costas de la defensa. El caso juzgaba los presuntos abusos que sufrió durante años en el círculo religioso conocido como los Romanones. Un grupo de 12 personas, diez de ellas sacerdotes, de ideas ultraconservadoras y prácticas modernas. Su único acusado, el líder, el Padre Román. Una carta al Papa Francisco denunciando los hechos destapó toda la polémica, después de no hallar respuesta en el arzobispado granadino. La reacción del Papa no se hizo esperar. Públicamente reprendió al arzobispo y le obligó a abrir una investigación canónica. También de manera personal con una llamada telefónica a la supuesta víctima. Francisco le pidió perdón en nombre de la Iglesia y le animó a denunciar los hechos. Hoy esta sentencia pone en duda la palabra del joven que, no obstante, tiene cinco días para recurrir ante el Supremo.  Agotados los plazos se reabrirá la causa canónica, en la que no solo se investigará al padre Román, sino a otros nueve sacerdotes más.

-Redacción-