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José y María Antonia durante años dieron por perdidos los 137.000 euros que invirtieron en las preferentes para asegurarse su jubilación. El 60 por ciento aproximadamente de las víctimas ni se plantean emprender una batalla legal para recuperar sus ahorros. Una red de abogados, como María, trabajan a través de una asociación con conexión en toda España. Han visto luz para dar una solución rápida y, sobre todo, que devuelva el dinero a los preferentistas. Dinero fruto de la confianza ciega. Los bancos todavía retienen miles de millones de esas preferentes, aunque, al mismo tiempo, los jueces ya les han obligado a reintegrar otros miles. Contra Javier y su hermana que están ávidos porque les ingresen sus 50.000 euros invertidos, más intereses. Contra José y María Antonia.  Y también contra los que ya no están. Los bancos han perdido en Mallorca la batalla contra un preferentista difunto. Escarmentados, pero ahora aliviados. Algún día vieron peligrar el bienestar de su jubilación, hoy miran al horizonte con esperanza.

-Redacción-