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Alex Salmond lleva toda su carrera luchando por la independencia de Escocia, pero ha sido en los últimos siete años cuando ha logrado ganar peso y adeptos. Ganó popularidad al erigirse como una de las voces más críticas contra Tony Blair y la participación en la guerra de Irak. Fue en 2007 cuando se convirtió en el primer nacionalista nombrado ministro principal de Escocia, a partir de ahí, con sus políticas socialdemócratas ha ido conquistando a los jóvenes y parte del voto laborista. Su promesa: más y mejores servicios públicos con la independencia. Dicen que es el político más astuto del Reino unido y elocuente. Lo demostró en el último debate televisado de la campaña donde barrió al representante de Londres. Las urnas despejarán la incógnita, aunque para este hombre el triunfo parece asegurado. Si sale el sí, será el líder de una nueva patria. Si sale el no, también gana porque laboristas, conservadores y liberales se han comprometido a negociar la cesión de más competencias a Escocia.

-Redacción-