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La filtración de miles de correos electrónicos de Miguel Blesa permitió descubrir la existencia de las 'tarjetas black' de Caja Madrid, que se autorizaron bajo su presidencia y siguieron utilizándose con Rodrigo Rato y en la nueva Bankia. Durante años los presidentes, consejeros, miembros de la Comisión de Control y altos directivos dispusieron de tarjetas que no estaban controladas ni por la Caja ni declaradas a Hacienda. Hasta 2012, momento en el que Bankia tuvo que ser rescatada con dinero público, gastaron más de 12 millones de euros y el propio ministro de Economía, Luis de Guindos, aseguró comprender la indignación de la sociedad española. Más de dos millones de euros fueron sacados en efectivo, y cientos de miles se gastaron en viajes, hoteles y restaurantes de lujo, joyas, ropa, puros... y hasta para hacer la compra en el supermercado. Ildefonso Sánchez Barcoj fue quien más gastó: un total de 575.000 euros. El era la 'mano derecha' de Blesa, que dispuso de 436.000 euros y que aseguró que era una tarjeta “de la que se puede disponer libremente para gastos”. Su sucesor, Rodrigo Rato, gastó 99.000 y señaló en su primera declaración ante la Audiencia que “ese instrumento era público, conocido y establecido desde al menos 15 años”. Y así hasta completar a los 65 acusados del escándalo que salpicó a miembros del PP, del PSOE, de Izquierda Unida, así como a sindicatos y organizaciones empresariales. Solo cuatro de los beneficiarios de estas tarjetas, entre ellos el 'número dos' de Bankia, Francisco Verdú, no utilizaron las tarjetas por las que la Fiscalía pide seis años de cárcel para Miguel Blesa y cuatro años y medio para Rodrigo Rato.

-Redacción-