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El dramatismo de los desahucios ha sido una constante a lo largo de la crisis. Cientos de miles de familias se quedaron sin sus casas por no poder pagar sus hipotecas ante la mirada impasible de la justicia, maniatada por una ley hipotecaria abusiva que Bruselas exige que se cambie, aunque quizás sea demasiado tarde. Algo se ha ido mejorando, pero no lo suficiente. Desde hace tres años los jueces pueden paralizar un desahucio cuando hay, por ejemplo, intereses de demora abusivos. Pero siguen sin poder parar la venta mientras analizan la validez del contrato. Ni cuando el cliente afectado plantea un recurso. La consecuencia es que muchas veces la vivienda ya se ha subastado cuando el caso se resuelve. Bruselas da de plazo dos meses para que se corrija. La otra batalla de Bruselas es que se devuelva a los afectados por las cláusulas suelo todo el dinero que han pagado de más al firmar la hipoteca, y no sólo desde 2013, como ha sentenciado el Supremo.  La Justicia europea resolverá el asunto en dos meses.

-Redacción-