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El tenista italiano Jannik Sinner, número uno del mundo, fue recibido este miércoles en el Vaticano por el recién elegido papa León XIV, reconocido aficionado al tenis y primer pontífice estadounidense de la historia. El encuentro, al que asistieron también los padres del deportista y representantes de la Federación Italiana de Tenis, estuvo cargado de gestos distendidos, bromas y referencias a la pasión compartida por este deporte. Durante la audiencia, Sinner entregó al papa una de sus raquetas y le propuso jugar un breve peloteo en la sala de recepción. León XIV, entre risas y señalando las lámparas del techo, declinó la invitación: “Mejor no, que aquí rompemos algo”, provocando la carcajada de los presentes. El pontífice también bromeó sobre si podría jugar en Wimbledon con su atuendo blanco y preguntó a Sinner por su participación en el torneo de Roma. El tenista explicó que, tras un inicio complicado, ya se encontraba “en el partido” y agradeció el interés del papa. El papa León XIV, anteriormente conocido como el cardenal estadounidense Robert Prevost, se ha declarado en varias ocasiones “tenista aficionado” y ha mostrado su simpatía por el deporte como vía de encuentro y valores compartidos. En días previos, el pontífice había bromeado con periodistas sobre la posibilidad de disputar un partido benéfico, aunque advirtió con humor: “Pero que no inviten a Sinner”, jugando con el significado del apellido del tenista en inglés (“pecador”).

-Redacción-