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Los libros y las rosas invaden las cinco mil paradas literarias de la jornada cultural por excelencia: Sant Jordi. Hasta las 9 de la noche, 500 autores firmarán sus libros y por primera vez, este año los libreros tendrán que pagar por estar en las calles más céntricas. Aunque caiga en laborable, haga frío de invierno y se mire al cielo para que no agüe la fiesta, la gente se ha echado a la calle en masa a celebrar una de las festividades más tradiciones y culturales de Cataluña. Una fiesta única en el mundo donde miles de personas hacen cola para cazar la firma de este o aquel autor y donde los escritores son estrellas y los lectores, auténticos fans. Un recorrido festivo, popular y hermoso por la literatura. Pese a la bajada de temperaturas, este martes la lluvia dará tregua, al parecer, a los amantes de la literatura para que puedan disfrutar del Día del Libro paseando por las calles de todas las ciudades catalanas. La tradición es comprar rosas y libros, aunque los comerciantes de flores aseguran que las rosas ya no se cultivan en Cataluña por los precios elevados. Las flores vienen principalmente de Holanda, el mayor productor, y también de Ecuador, con un mayor calibre y una durabilidad extrema que llega a alcanzar los 15 o 20 días.

-Redacción-