Un barco fantasma muy conocido en Lanzarote servía de gasolinera para abastecer a las narcolanchas, 11 embarcaciones repartidas por el Atlántico que recogían cocaína que llegaba en mercantes desde Sudamérica. Como viven 24 horas los siete días de la semana en el mar necesitan repostaje. Además, el barco encallado proporcionaba parapeto para no ser detectados por el radar. Han incautado casi 4.000 kilos de cocaína en esta ruta canaria, una de las que componen la fachada atlántica. Los transportistas de la cocaína diversifican para tener menos riesgo y de un mismo mercante cargado reparten parte por Canarias, parte por los ríos de Huelva y Cádiz y parte por Galicia. Hay 50 detenidos y todos menos uno son españoles, marineros, pilotos exprimentados canarios y andaluces. Ahora siguen la ruta del blanqueo de los 69 coches e inmubles y el dinero incautado.