J027-IBIZA DESTROZOS TEMPORAL

Tras el paso de una intensa tormenta en Ibiza, la isla se enfrenta ahora a arduas labores de limpieza. En hoteles de Playa d'Embossa, los trabajadores se afanan con cepillos, fregonas y cubos llenos de barro para restaurar la normalidad. La magnitud de las lluvias obligó al desalojo de clientes, que fueron trasladados por precaución, mientras la Unidad Militar de Emergencias ha estado toda la noche bombeando agua con camiones especiales, con la vista puesta en poder reabrir los alojamientos este mismo fin de semana. No todos los negocios han corrido la misma suerte: algunos locales han tenido que cerrar debido a los daños sufridos. Se registraron precipitaciones de hasta 300 litros por metro cuadrado en distintas zonas de la isla, lo que transformó supermercados en lodazales y destrozó estantes. En algunos restaurantes, la fuerza de la riada fue tal que los frigoríficos llegaron a flotar y volcarse. La playa, al igual que la carretera del aeropuerto —que permanece cortada—, conserva aún visibles los estragos de la tormenta. Los embalses de la isla están al límite de su capacidad y es necesario retirar el agua acumulada para evitar nuevos problemas. El dispositivo de emergencias sigue trabajando sin descanso para devolver el ritmo habitual a la vida en Ibiza.