Esta enfermera fue durante 2021 y 2022 la responsable de vacunación de menores en un centro de salud de Santurce, en Vizcaya. La misma que simulaba administrar estas dosis a pacientes menores de edad y posteriormente las desechaba. Varias familias acudieron al centro de salud para reclamar que sus hijos no tenían efectos secundarios tras recibir la dosis. Además del rápido pinchazo, las charlas antivacunas y las recomendaciones de tratamientos naturales terminaron de consolidar las sospechas de las familias. Ahora, 52 familias la denuncian por no haber vacunado a más de 400 niños. Piden justicia y la suspensión de su actividad laboral. Se le acusa de daños agravados a menores, falsificación de documentos y de malversación de fondos públicos. Las dosis desechadas están valoradas en más de 26.000 euros. Piden 12 años de cárcel frente a los siete y medio que pide la Fiscalía. Hoy se ha enfrentado al comienzo del juicio, aunque se ha acogido a su derecho a declarar la última, por lo que lo hará el próximo viernes 19.