Con lluvia y temperaturas que apenas llegaban a los 20 grados, así estábamos hace unos días en muchos puntos de España. Pero de pronto, y todavía en mayo, esta semana ha llegado el verano. Mucha gente recibe con ganas el sol y el calor, pero también tiene consecuencias en nuestro cuerpo. Estamos más cansados, más desganados y dormimos peor. Este cambio súbito de tiempo nos descoloca el cuerpo. Al subir la temperatura ambiente sube también la nuestra, pero el organismo necesita tiempo para ir adaptándose a ello. Y lo peor está por venir, porque los termómetros seguirán subiendo cada día, sobre todo en el centro y en el sur de la península. En Sevilla, a mediodía, llegaban a 35 grados; el sábado pasarán de 40. En Zaragoza, donde hace sólo unos días estaban con fuertes tormentas y tiempo fresco, esta tarde alcanzarán los 30. Los médicos recuerdan los consejos de siempre: agua, crema, gorra, abanicos y buscar la sombra. Esta semana en el norte luce el sol y apenas pasan de los 20 grados, temperatura más que suficiente en Galicia para acabar el mes de mayo en la playa.