Lo estamos viviendo año tras año. Las gotas frías del Mediterráneo ya no son las de antes, lo que la convierte en una “zona de alto riesgo y singular” en la que el calor se ha disparado y ha cambiado la forma de llover, además de episodios cada vez más extremos. Este mar está tan caliente que se ha tropicalizado. Las lluvias son de otras latitudes y los récords que dejan, también. El problema es, además, económico. Lo saben bien las aseguradoras: el 93% de los expedientes abiertos en aseguradoras por riesgos extraordinarios han sido por inundaciones, la mitad de ellos en el Mediterráneo. Los avisos de alerta son la nueva normalidad. Es urgente, advierten, adaptarse mental y socialmente a ello.