El centro de Buenos Aires se llena de motoristas disfrazados de superhéroes, villanos y princesas para repartir juguetes y dulces a niños hospitalizados por el Día del Niño, que se celebra el 17 de agosto en la capital argentina. 4.000 moteros llegaron, entre aplausos de los familiares y médicos, al Hospital Garrahan, un centro pediátrico de alta complejidad afectado por los recortes de fondos gubernamentales, para llevar a cabo esta solidaria iniciativa. Muchos mostraron su gran alegría de poder ayudar y hacer felices a los más pequeños, sintiéndose como uno más de ellos de nuevo. "Realmente es algo mágico", declara uno de ellos, emocionado.