La incidencia de matrimonios infantiles supera el 50% en países como Níger, Chad o Bangladesh
Estos casamientos impactan en la salud mental y física de las menores, les impiden recibir educación y las exponen a sufrir violencia sexual
En Camboya el 18% de las mujeres han sido casadas antes de los 18 años. Algunas de ellas cuentan que con esos matrimonios han perdido la oportunidad de estudiar por tener que permanecer con su marido y cuidar a sus hijos. En Tanzania, los chicos tienen más posibilidades de ir al colegio que las niñas. En el caso de Sarah, de doce años y con 8 hermanos, logró que le dieran una oportunidad tras insistir a los jefes de su aldea en que ella quería estudiar, pero no es lo habitual. Ella misma cuenta que a las chicas jóvenes las casan a cambio de vacas y algo de dinero. África y Asia acumulan las tasas de matrimonio más altas del mundo. En la mayoría de los casos para estas niñas casarse implica anular sus posibilidades de formarse y salir de la pobreza. Les expone además a sufrir violencia y abuso sexual. Esta lacra va unida a la hambruna y a contextos de inseguridad. Muchas familias casan a sus hijas no solo porque así hay una boca menos que alimentar, si no porque creen que así las protegen de posibles abusos. Las mujeres que lo han vivido animan a la siguiente generación a rebelarse, o al menos a intentarlo. Cada tres segundos una niña es casada en algún lugar del planeta, y la tasa ha descendido ligeramente del 22 al 19 por el trabajo de las ONGs y porque en los últimos años el matrimonio infantil ha sido prohibido en casi una veintena de países.