Talleres sevillanos de ropa religiosa ven cómo su trabajo se enfrenta a la irrupción de producciones llegadas desde Pakistán
Se trata de prendas mucho más baratas, pero sin ese sello artesanal
La pelea se libra desde hace dos años. Pero en los últimos meses todo ha ido a peor. Talleres de Pakistán ofreciendo mantos, sayas o faldones de arte sacro, a precios irrisorios y de dudosa calidad. El enfado no es porque les hagan la competencia. Es porque lo que ofertan no es suyo. Es un plagio. Francisco Javier está cansado de ver en internet trabajos suyos usurpados. La defensa de su autoría le ha costado insultos, mensajes amenazantes por wassap. La llamada de los artesanos a las hermandades es firme. Si compran la copia dañan al sector. Perjudican una tradición de siglos. Sus denuncias han conseguido arrancar un manifiesto en defensa del arte sacro de Sevilla al que se han adherido la Junta, el Ayuntamiento, Cofradías y Hermandades.