Hace tres años se desató un gran incendio en Aragón que afectó especialmente a los municipios de Moros y Ateca. Hemos visitado la zona para comprobar cómo va esa recuperación. En un trabajo precisamente de reforestación para la mejora del entorno se originó, presuntamente, el incendio. Una máquina, chispas y las llamas devoraron hasta 14.000 hectáreas, incluidas viviendas en el municipio zaragozano de Moros. Y llegaron a las puertas de la vecina Ateca. Tres años después, todavía se aprecian los daños en el monte. De momento, está en marcha la repoblación de 200 hectáreas, un 1,5% de toda la extensión quemada. En ejecución, nuevas pistas forestales, abrevaderos y refugios para ganado y depósitos para medios de extinción y, próximamente, diques contra para evitar la erosión, crucial para recuperar el terreno. Y medio millón en ayudas a sumar a lo que han ido recaudando los propios vecinos como Lucía en su bar. Y con un panorama por delante complicado, donde las placas solares es lo poco de lo que se puede sacar ahora mismo rendimiento económico. Y más, en un caso que podría ser constitutivo de delito y judicializado por la vía penal, circunstancia que impide, de momento, acudir a la vía civil para reclamar los daños.