El Brexit llevó al Reino Unido un sistema migratorio por puntos que da prioridad a las habilidades y al talento, en vez de al lugar de procedencia, hablar inglés al nivel acorde al puesto, contar con una oferta de trabajo y tener habilidades adecuadas. En Australia no pueden tener más de 45 años, pero puntúa el dominio del inglés, la experiencia y las cualificaciones. En Canadá, la edad no es tan importante, pero exigen idioma, educación, experiencia laboral, edad y adaptabilidad. En España no hay puntos por idioma o catálogo de difícil cobertura, y no tenemos sesgo por integración, requisitos que sí se piden para optar al arraigo cuando se entra de manera irregular. Según el Gobierno, quebrantaría el principio de igualdad y sería contrario al derecho de la UE y de nuestro ordenamiento. Tenemos varios tipos de visados por estudios o por oferta de trabajo para cualquier extranjero de fuera de la Unión Europea. Hay un visado de búsqueda de empleo muy restrictivo que requiere haber estado en España estudiando o para hijos/nietos de españoles de origen. Dice el Gobierno que solo un 6% de la migración en los últimos diez años ha llegado por vías irregulares.