Un verano más entre toallitas
Las que se tiran por el inodoro llegan a las playas y los costes para las estaciones depuradoras superan los 200 millones de euros
Se consumen en grandes cantidades y muchhas de las que se tiran por el inodoro invaden nuestras playas. Estas son imágenes de la costa malagueña.
Aunque casi nadie reconoce que las tira mal, los datos están ahí: 2.300 toneladas recoge la empresa municipal de aguas en Málaga, 300 toneladas en San Sebastián, más de 700 en Sevilla. Apiladas, las de la capital hispalente, equivalen a un edificio de diez plantas.
El Ministerio de Transición Ecológica prepara un Real Decreto sobre toallitas y globos, que va a obligar a todos los productores a pagar. "La limpieza de las infraestructuras de saneamiento, de alcantarillado, los costes de la recogida de datos para determinados estudios y también tienen que hacer frente a las campañas de información y a las de concienciación", explica Marta Gómez Palenque, directora general de Calidad y Evaluación Ambiental del MITECO.
Y esto es aplicable tanto a las que contienen plástico como a las que no. "Las toallitas húmedas, incluso las fabricadas con polímeros naturales, tienen un impacto ambiental negativo", añade Gómez Palenque.
No lo ven así los productores de toallitas de papel. "No generan atascos y no deberían tener que cumplir con las obligaciones de otras toallitas que sí que lo hace", apunta Cristina Sánchez-Carpintero, directora de Medio Ambiente de AsPapel.
La recomendación de muchos expertos es que vayan todas al cubo de la basura.