A pie de obra y expuestos al sol buscan la mejor solución para afrontar un caluroso día de trabajo. Gracias a la jornada reducida, estos obreros hoy terminan su turno a las tres de la tarde, antes de que los termómetros puedan alcanzar los 39 grados. Es lo que ocurre también con otros trabajadores en la localidad sevillana de Tomares. Su empresa les permite adelantar la salida en días de intenso calor. Menos acostumbrados, cuanto más al norte. En Vigo buscan alternativas para hacer más amena su jornada. En Ourense, los guías turísticos cambian el recorrido para evitar los picos de calor y cuando se activa la alerta naranja y se superan los 38 grados se cancelan los tours. Los que trabajan en interior, aunque en menor medida, también sufren las consecuencias del calor. En una tintorería de Valencia, entre las planchas y maquinaria, la temperatura en el interior puede llegar a los 34 grados.