Dolor y lágrimas esta mañana en Torrox por la muerte de una familia. Cientos de vecinos han acudido al minuto de silencio convocado por el ayuntamiento, que ha decretado tres dias de duelo. Solo roto por los sollozos y lamentos de muchas personas y por el aplauso con el que han despedido a Said, su esposa Saaidia y sus dos hijos adolescentes, Mohamed y Mustafa. Llevaban más de veinte años viviendo en esta localidad malagueña, donde ayer encontraron sus cuerpos sin vida. La Guardia Civil investiga las circunstancias en las que lo hicieron. Todo apunta a una 'muerte dulce', por inhalación de monóxido de carbono, "presuntamente por mala combustión de un calefactor", ha señalado ante los medios el alcalde Óscar Medina.

El padre, de 50 años, trabajaba en el campo. Nunca faltaba. Por eso cuando este martes no se presentó, sus compañeros le echaron en falta. Igual que a los chicos. Estudiaban en el instituto. También jugaban al fútbol en el equipo local, que ha querido transmitir sus condolencias de forma pública a través de las redes sociales. La madre, de 38 años, enseñaba español a los magrebíes de esta comunidad. "Era muy buena gente, preciosa", lamentaba una de sus amigas.

Estaban muy integrados y eran muy queridos. "Eran muy trabajadores, unos hijos ejemplares, con una vida por delante y unos sueños que no han llegado a cumplir", recordaba Yamila Hayoun, la presidenta de la asociación de mujeres marroquíes Assalam. "Ayer el teléfono no paró de sonar, de toda España", apuntaba Ahmed el Gharboni, el representante de la comunidad musulmana.

Algunos de los asistentes han tenido que ser evacuados en ambulancia por ansiedad. Los restos mortales continúan en el tanatorio, a la espera de terminar las autopsias, que determinen con exactitud la hora exacta y las circunstancias de estos fallecimientos. Esperan poder transladarlos a su localidad natal en Marruecos para darles sepultura.