"Solo se escuchaba boom. Golpetazos por todos lados.” Así describen los vecinos de La Zarza los dramáticos segundos en los que un tornado arrasó la localidad. “Paredes, las placas solares volando… no fue más de un minuto horroroso. No se veía el fin”, recuerdan aún impactados quienes vivieron el paso de la tormenta, que dejó tejados y tejas levantadas y “las vigas han volado”. El terror se apoderó de los presentes al escuchar “un chillido de un rayo” mientras el viento y la lluvia azotaban con fuerza inusual: “Ha volado todo. Ha sido fuerte. La cosecha perdida. Viento y lluvia que daban miedo. La solera que no se la ha podido llevar”. En medio del caos, la fortuna fue que “solo hay daños materiales. Aquí estamos para contarlo”. En 24 horas cayeron 300 rayos en Extremadura y, junto a los estragos de las lluvias torrenciales, el río de Gargantilla se tiñó de negro cuando la ceniza del incendio de Jarilla de este verano fue arrastrada por la tromba de agua. El tornado, aunque breve y extremadamente violento, dejó huella en La Zarza y su entorno, marcando a sus vecinos por una jornada de auténtico pánico y destrucción.