Olivia Pérez, Andrea Ataun y Adrián Merenciano son alumnos de cuarto de la ESO en el colegio San Gabriel del barrio madrileño de Carabanchel. Son estudiantes y también mediadores en conflictos, tres de los doce que hay en total para toda la secundaria. Están atentos. Observan lo que ocurre a su alrededor en los distintos espacios del colegio. Su especial sensibilidad y su entrenamiento les permiten detectar casos de alumnos en riesgo de sufrir acoso o situaciones de vulnerabilidad. Cada semana, tienen reuniones en las que ponen en común lo que han percibido y buscan soluciones para posibles conflictos.

"En el colegio se ha creado un clima de convivencia y de escucha que ha reducido la conflictividad", explica Chema Prieto, director titular del colegio. Lo han comprobado durante los últimos quince años logrando incluso adaptar a su modelo a alunmos violentos expulsados de otros centros.