El Ebro deja tierras de cultivo anegadas a su paso por Novillas (Zaragoza). Allí se espera su mayor crecida en las próximas horas, que podría alcanzar los ocho metros de altura. En Zaragoza capital, junto al Pilar, su caudal es considerable. Las últimas lluvias y el deshielo lo han duplicado en la última semana. Todas las riberas de varios pueblos cercanos como Movera o Pastriz están inundadas y ya hay más de 1.000 hectáreas afectadas. Y el Gállego, el mayor afluente del Ebro en Zaragoza, ha obligado a cortar varias carreteras. 60 familias han tenido que ser desalojadas como medida preventiva.

-Redacción-