Apenas se ve el césped de la cantidad de granizo que ha caído esta tarde en Valencia. Piedras casi del tamaño de una una pelota de ping pong que golpean con fuerza todo lo que pillan a su alcance. En Zarra la tormenta ha convertido las calles en ríos en menos de una hora con cataratas de barro incluidas. Una fuerte granizada inesperada que se ha colado en garajes y viviendas ahora llenas de hielo. Y que puso en alerta naranja todo el interior de Valencia. Descargas de agua de hasta 30 litros por metro cuadrado y rachas de viento superiores a los 80 kilómetros por hora en plena semana de fiestas en Ontinyent. Imposible salir a la calle con el agua hasta la mitad de las ruedas de los coches y el granizo llamando a las ventanas. Una tormenta fruto de un reventón húmedo que se ha ido disipando a lo largo de la tarde.