Un incendio registrado en la tarde del domingo en la Mezquita-Catedral de Córdoba generó momentos de gran tensión entre vecinos y turistas, al comenzar a salir humo y llamas por algunas zonas del edificio. La escena provocó alarma generalizada ante el riesgo de perder uno de los monumentos más emblemáticos del país, con más de mil años de historia. El fuego, sin embargo, fue controlado en menos de una hora gracias a la rápida actuación de los bomberos. En total, 35 efectivos participaron en las labores de extinción. Desde el cuerpo de bomberos explicaron que todos sus miembros reciben formación específica sobre este monumento desde que ingresan, lo que les permite responder con eficacia ante emergencias de este tipo. Aunque el incendio provocó el colapso de una capilla y daños en otras dos, los técnicos aseguran que los desperfectos están muy localizados y que no se han producido daños estructurales graves. Las autoridades subrayan que, dentro de la gravedad de la situación, se evitó una tragedia mayor gracias a la correcta activación del plan de emergencia. Este protocolo, puesto en marcha tras el incendio de la catedral de Notre Dame en 2019, incluye vigilancia las 24 horas del día, sensores térmicos, análisis continuo del aire y simulacros periódicos. Según fuentes municipales, el sistema ha funcionado correctamente y ha demostrado ser clave para proteger un patrimonio de valor incalculable.