Ante cada nueva previsión de temporal, los pueblos afectados por la DANA reviven el trauma. Los recuerdos más dolorosos reaparecen con el sonido de las alertas de Protección Civil en los teléfonos móviles. Sonidos que dejan sin palabras a los que rompen la voz. Del agua que vuelven a pisar que vuelve a destrozar y que provocan estampidas en el recuerdo. Ausencia de sonidos que recuerdan que más de once meses después hay ascensores que no suenan, porque no funcionan y garajes llenos de vacío, sonidos que nos recuerdan que, aunque vaya a hacer un año ya, el dolor sigue muy presente.