Tensión en el momento en el que el presunto agresor entra a los juzgados y mira, cara a cara, a las familias de las niñas hasta tres veces. Es imposible frenar la avalancha de impotencia de los padres. La rabia explotó y por mucho esfuerzo que hiciese la policía, la ira era incontenible. Pasó con su niña, de 4 años. Otros monitores de la piscina municipal ya tenían sospechas, pero todo se destapó cuando Vanesa denunció. Como ella, otras cinco pequeñas más. Durante más de una hora de declaración, la calma no llegaba y las familias seguían rotas, sin poder mantenerse en pie. El detenido ya está en prisión provisional sin fianza acusado de seis agresiones sexuales a menores.