Desde Coín, Cristina va y viene a la Universidad de Málaga todos los días. Hace 80 kilómetros en coche entre ida y vuelta. Málaga es una de las ciudades donde el precio de la vivienda se ha disparado. Flor tardó un año en encontrar el piso que comparte con otras dos compañeras. El inminente inicio del curso universitario pone contra las cuerdas a los jóvenes, incapaces de afrontar precios cada vez más prohibitivos. Muchos estudiantes optan ya por las residencias como principal alternativa. Barcelona se ha convertido en la capital de provincia con el alquiler de habitaciones más caro de España, entre 500 y 900 euros. Esta situación obliga a abandonar los destinos elegidos a muchos estudiantes que consideran vivir en la ciudad un lujo al alcance de pocos.