La policía rastrea los últimos pasos de Portnov en España y una de las búsquedas se centra en su abogada de confianza, que figura en el poder notarial que preparó nada más llegar a España en 2024. Lo necesitaba para transferir y dejar en herencia a sus hijos una mansión de lujo de 1.000 metros que tenía en Kiev y que estaba a nombre de una empresa de las Islas Vírgenes, valorada en 2,5 millones de euros. Otra de las pistas es su Mercedes matriculado en una dirección de la milla de oro, unos pisos de alto nivel y un garaje donde aparcaba su vehículo. La policía revisa las cámaras de seguridad buscando a los sicarios que hicieron seguimientos desde su vivienda en la urbanización de lujo de La Moraleja hasta el colegio americano donde llevaba a las niñas y lo ejecutaron. El tirador disparó nueve veces, se han recogido esos casquillos, casi el cargador entero, lo que indica la intención. Buscan a tres personas que pudieron huir en un vehículo, aunque en la zona hay pocas cámaras y se hace complicado. A la vez trabajan en la motivación: quién pudo hacer el encargo. Los medios ucranianos habían publicado la localización de Portnov en Madrid en 2024, todavía estaba señalado. Los Servicios de Información y el CNI ayudan en la investigación, tanto por sus negocios como por su activismo político prorruso.