Cada vez consumimos menos pescado, sobre todo por culpa del precio. Por eso, muchas pescaderías aplican nuevas fórmulas para acercarse a los consumidores: una de ellas es el pescado a domicilio.

Ángel pone a la venta su pescado en la red. Cada mañana envía a sus clientes un video y los precios de su género para que le hagan pedidos por Whatsapp. Después él mismo los entrega. En pocas horas el pescado pasa de la lonja a casa del cliente. Este canal de venta ya supone casi la mitad de la facturación de su pescadería. Y en concreto al pescado, cuyo consumo ha caído un 36% en los últimos 15 años.

Lo saben bien en esta empresa. Su dueño se dio cuenta de que las madres del colegio de su hijo le pedían el pescado ya limpio y cortado. Convirtió esa idea en la base de su negocio, que reparte cada año 15.000 pedidos a toda España. Trabajan toda la noche limpiando el pescado fresco recién llegado y preparando cada pedido a gusto del cliente.

A primera hora de la mañana todos los pedidos están envasados al vacío y refrigerados. El mismo día llegan a las cocinas de los clientes que pueden congelarlo o cocinarlo sin mancharse las manos.