Un paso subterráneo une la localidad de Alfafar con la de Benetússer. Un kilómetro, otro más, tomado por la riada. Lo que ocultaba el agua se intuía pero hoy se ha hecho evidente al quedar al descubierto. Decenas de vehículos formando una montaña de destrozos que tapona ambos accesos. Aquí los bomberos sacan el agua acumulada antes de poder adentrarse entre los pocos huecos que hay libres y mirar, sin saber todavía, lo que pueden encontrarse en este túnel que se convirtió en otro callejón sin salida. El alcalde de Alfafar, José Ramón Adsuara, lo advertía: "No sabemos lo que nos vamos a encontrar y sabemos dónde están los coches y dónde está la gente dentro". Esos vehículos, como el de Maite, que fueron arrastrados a la desgracia: "Vimos que empezaban a flotar. Yo lo tenía cuatro calles más allá y lo encontramos en el borde del túnel". A muy poca distancia se puede ver la misma imagen en el paso subterráneo de Sedaví. Aquí el agua y el barro aun no dejan apreciar lo que hay debajo pero hay mucho miedo por las posibles tragedias que continúan anegadas.

-Redacción-