Un paciente de ELA pide la eutanasia en Navarra
Ha tomado la decisión con el respaldo de su familia
Sin los cuidados diarios de su mujer, Carlos no podría vivir. Le diagnosticraon ELA en 2023, con solo 56 años, y para él, el día a día es un sufrimiento. La enfermedad avanza muy rápidamente. Vive conectado a un respirador y agarrado a un mando que avisa a María si la necesita. Además del esfuerzo físico que supone la ELA, para las familias es también un gran desembolso económico. Esta pareja ha vivido mucho tiempo con ayudas insuficientes. Piden ayuda, ya no para Carlos, que ha tomado la decisión de morir, sino para las personas que aún se aferran a la vida. De momento, la ayudas de la ley ELA no han llegado. La enfermedad, en este caso, avanza más rápido que las leyes.