Es la primera vez que en España se desarticula completamente una red de trata vietnamita, una comunidad cerrada y no dada a denunciar. La mayoría, mujeres jóvenes, explotadas en centros de estética que no querían colaborar con los agentes porque sus familias están en Vietnam y temían represalias de la organización. Las víctimas eran captadas en su paísy trasladas hasta Hungría, donde conseguían legalmente un visado temporal, de un mes. Y con esa documentación llegaban a España: Palma de Mallorca, Benidorm y Sevilla. Trataban de regularizarse haciéndose pasar por estudiantes de español. Abonaban el curso, pero no iban a clase. Con todo ese proceso, habían adquirido una importante deuda, 20.000 euros, que tenían que saldar trabajando sin cobrar, sólo por la manutención. Vivían con sus tratantes, para tenerlos controlados en todo momento. En las viviendas les vigilaban con cámaras de televisión. 23 mujeres han sido liberadas tras más de un año de investigación. Ahora, ya sí, como víctimas de trata, podrán conseguir regularizar su situación y comenzar su soñada vida en España.