Obras en pleno agosto: molestan pero son necesarias
Las intervenciones en calles y plazas alteran la rutina de los vecinos que se quedan en la ciudad en verano
Para quienes no abandonan la ciudad en agosto, el calor no es el único desafío: las obras se suman a la lista. En Bilbao, vecinos denuncian que, al asomarse a la ventana, la vista se limita a andamios y maquinaria. La situación afecta también a hosteleros que, por la ocupación del espacio público, no pueden instalar sus terrazas con normalidad. Las intervenciones, que en muchos casos implican zanjas y cortes de paso, obligan a dar rodeos y suman grados al ya elevado calor del asfalto. Aunque la mayoría de los vecinos reconocen que son trabajos necesarios para mejorar las infraestructuras de sus pueblos y ciudades, la incertidumbre sobre su duración genera malestar. Algunas actuaciones se resuelven en pocas semanas; otras se prolongan sin una fecha clara de finalización. Asociaciones vecinales piden coordinación para minimizar el impacto en la vida diaria durante un mes en el que muchas calles están menos concurridas, pero no exentas de actividad.