Una potente narcolancha desembarcó a sólo 10 metros de los bañistas, ellos mismos cuentan cómo pasó cerca y despacio por la orilla, y se vació en menos de 5 minutos. Los inmigrantes saltan al agua, a la carrera, forzados por las órdenes del patrón… Van encapuchados y se deshacen de ellos como si fueran mercancía desechable. "Prácticamente los tiraron y salieron pitando", cuenta una de las mujeres que estuvo en la playa. Desaparecieron del radar en cuestión de segundos, a toda prisa. Quien estuvo allí cuenta que había 40 adultos y 5 niños, y que cuando llegaron se acercaron para llevarles comida y agua, hasta que llegó la Guardia Civil. "Por lo visto estuvieron diciendo que pagaban catorce mil euros por venir desde Argelia", "Uno de ellos, al llegar, habló con su familia desde aquí... me dejó un poco chafado" recapitulan algunos bañistas. Es el modus operandi de las organizaciones criminales y es difícil pararles por la falta de medios de la Guardia Civil en la costa, de hecho, otra igual desembarcó el Esta otra desembarcó fin de semana en Cabo de Gata.