Fue a sangre fría, desde la puerta y delante de su hijo. Varios tiros a bocajarro que acababan con la vida de un hombre en Alaquàs, en Valencia. Los vecinos no identificaron al principio las detonaciones como disparos. Pensaron que eran petardos. Pero cuando salió el hijo de la víctima pidiendo auxilio se dieron cuenta de que algo iba mal. En cuestión de minutos varias patrullas de Policía Nacional y Local ocupaban las calles del pueblo valenciano. Desafortunadamente, la víctima ya estaba muerta y los sanitarios solo pudieron confirmar su fallecimiento. El Grupo de Homicidios de Valencia se ha hecho cargo de la investigación y ya han identificado al presunto asesino como un expresidiario de 38 años, que permanece en paradero desconocido después de huir de la escena del crimen. Las primeras investigaciones parecen indicar que el móvil sería una venganza, pero la policía mantiene abiertas todas las hipótesis mientras continúa buscando al autor de los disparos.