Casi la mitad de los españoles ha sufrido síntomas de insomnio, según especialistas en neurofisiología y neurología del sueño. España registra además una de las tasas más altas de insomnio ocasional: un 35% asegura tener dificultades habituales para descansar, un problema que se agrava cuando las noches en vela se prolongan más de tres meses. Helena Prieto conoce bien esa realidad. Factores personales y hormonales la llevaron a dormir apenas dos o tres horas por noche, una situación que derivó en depresión y afectó a su rendimiento laboral. Forman parte del 15% de españoles que padece insomnio crónico, definido por la neuróloga Celia García como la imposibilidad de conciliar o mantener el sueño durante un periodo prolongado y con impacto directo en la calidad de vida. Los testimonios en la calle confirman un patrón: despertares continuos, cansancio permanente y la sensación de que el cuerpo “no desconecta”. La neurofisióloga Ainhoa Álvarez advierte de que el insomne vive “en alerta constante” y subraya que detrás del problema pueden esconderse patologías como apnea del sueño, depresión, ansiedad o síndrome de piernas inquietas. Los especialistas insisten en evitar la automedicación y recuerdan que existen tratamientos eficaces, siempre bajo supervisión médica. La buena noticia, coinciden, es que el insomnio crónico puede mejorar, e incluso remitir, con el abordaje adecuado, aunque reclaman más recursos en la sanidad pública para atender a estos pacientes. En algo sí coinciden los especialistas: el estrés, la ansiedad, los problemas económicos y las pantallas están entre las causas del insomnio. Y advierten de que no hay que automedicarse, porque cada vez optamos por remedios menos caseros: casi el 10% ha consumido pastillas para dormir en el último mes.