Por la fuerza, un numeroso grupo de agentes evita una nueva ocupación. Unas 60 personas, entre ellas migrantes desalojados la semana pasada del instituto B9, han intentado asentarse en otro colegio abandonado. Han sido varias horas de tensión con vecinos enfrentados de nuevo. Mientras, continúa la batalla en las calles y los migrantes siguen dispersos. Aquellos que estaban en un albergue municipal, también deshabitado, van a ser realojados pronto. Varias organizaciones sociales están atendiendo a los que vivían debajo de un puente; analizan su situación y les buscan una alternativa habitacional. Illa se ha pronunciado hoy sobre el tema, pidiendo calma a la población, pero la crispación continúa. Anoche, choque frontal entre aquellos que defienden a los migrantes y los que piden que los saquen de sus barrios. De momento, no parece que la solución sea fácil.