Los expertos prevén que las corrientes puedan esparcir los microplásticos vertidos al mar por toda la costa cantábrica
Sean tóxicos o no, suponen una clara amenaza para los océanos y, en consecuencia, para nuestra salud

Incalculable el número de bolas y, de momento, también difícil calcular su impacto al medio ambiente. En uno de los sacos vertidos al mar se puede leer “estabilizador ultravioleta”, que podría indicar uno de los aditivos que contienen estos microplásticos. Algunos expertos llaman a la calma, pero advierten de que los aditivos que se les añaden sí pueden ser tóxicos, un peligro para las especies marinas si lo ingieren en grandes cantidades.
-Redacción-