Una carta añade luz a lo sucedido la tarde 29 de octubre en la que el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, no llegó a la reunión del CECOPI hasta las 20:28 de la tarde. Venía de comer en el restaurante El Ventorro con la periodista Maribel Vilaplana, que asegura que en un momento de la tarde Mazón comenzó a recibir llamadas. En la carta afirma que no tomó conciencia de lo sucedido hasta que llegó a su casa. Y eso fue precisamente lo que le convirtió en una diana política. Recibía insinuaciones machistas y comentarios de todo tipo que le han generado estrés postraumático y tratamiento psicológico. Hoy en un informe remitido a la juez la vicepresidenta, Susana Camarero, asegura que tan solo se conectó de forma telemática durante 40 minutos. Después se fue a una entrega de premios y no volvió a conectarse hasta las 10 de la noche. Asegura que no tenía la obligación de estar presente en todo momento ya que quien dirigía el CECOPI era la consellera Salomé Pradas.