Mallorca amanecía inmersa en unas precipitaciones que no daban tregua. Difícil ponerse al volante y cuando la lluvia escampa, las carreteras habían quedado anegadas y los coches sorteaban estos ríos improvisados por la ciudad. Los rayos también han sido protagonistas. Uno de ellos consiguió colarse en la instalación eléctrica de este vecino. Casi medio centenar de vuelos cancelados por estas lluvias torrenciales. También por las fuertes rachas de viento capaces de arrancar árboles de avanzada edad y de poner en alerta todo el archipiélago.