Más de cuatro horas de declaración ante el juez que conducen a Miguel Rosendo da Silva directamente a la cárcel. Prisión incondicional, comunicada y sin fianza por los presuntos delitos de asociación ilicita y abusos sexuales. Es la decisión que ha tomado el juez Marcos Amboage que instruye la causa, en la que además se investiga, a instancias de la Guardia Civil, si hubo estafa, blanqueo de capitales y actuaciones contra la Hacienda Pública. Por este juzgado han pasado también los otros tres imputados. La mano derecha de Miguel, Marta Paz, que se hacía pasar por monja y que llevaba desde los nueve años en la secta. Tras más de dos horas de declaración, el juez decretó su libertad, aunque está imputada por un presunto delito de asociación ilícita, y debe presentarse cada semana en el juzgado. Anoche, tras declarar, fue recogida por el hijo de Rosendo. Tras ella salieron sus padres, que acudieron al juzgado sin que haya ninguna imputación sobre ellos y que también han sido adeptos durante veinte años. No ha trascendido la identidad de los otros dos imputados, un hombre y una mujer, ex miembros de la secta y que prestaron declaración ante el juez este sábado durante más de seis horas. Arranca así la instrucción judicial, que tiene aún mucho que decir, que se ha declarado secreta y que ha llevado, por el momento, a Miguel Rosendo a la cárcel, en concreto a la de A Lama, en Pontevedra.

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