Polarda, una cría de quebrantahuesos que pesa 5 kilos y tiene tres meses, Aznaitín y Poqueira, otros dos ejemplares similares, han recorrido muchos kilómetros hasta llegar hoy al Parque Nacional de Sierra Nevada. Vienen de centros de cría de Lérida, Austria y Berlín. Una vez que son anilladas y les ponen un radiotransmisor toca adentrarse en un cortado donde ya no tengan más contacto con los humanos, un punto oculto donde los agentes medioambientales irán durante meses a alimentarlos hasta que sean independientes. Gracias a esta maniobra ya han conseguido reintroducir casi un centenar de estas aves en Andalucía, donde desaparecieron en 1986. Crías en cautividad que serán las futuras madres de unos quebrantahuesos nacidos aquí, en una tierra que nunca debió perderlos.