Juan Cano asegura que nunca amenazó al alcalde asesinado. Era todo broma. Eran amigos y siempre fueron juntos en las elecciones. Incluso cuando el partido lo relegó a los últimos puestos y estuvo apartado de la política, incluso entonces dice que Alejandro Ponsoda le pidió ayuda para las gestiones de urbanismo. Dice que no tenía un motivo para encargar su muerte, porque él mandaba en la práctica en el Ayuntamiento de Polop. Niega haber contratado a los sicarios en el club de alterne y asegura que mienten los que le señalan. Cano ha explicado los recortes de la investigación que coleccionaba asegurando que la interesada era su hija, licenciada en Periodismo. Ha justificado su interés en que la Policía Local vigilara a los guardias de la UCO que lo investigaban. Niega ser amigo de sus cómplices, el empresario del calzado, el dueño y el gerente del club Messalina. Y ellos niegan su amistad, hasta el punto de que el propietario de los clubes de alterne al que pertenecían los presuntos sicarios dice que conoció a Cano en el patio de la prisión. Cuando comenzaron las detenciones estaban nerviosos, según la investigación. En las escuchas se les oía decir “soy el siguiente” o “falto yo”.

-Redacción-