Un dron lleva a bordo un sensor multiespectral que monitoriza las variables ambientales: cómo afectan el oleaje y las corrientes de agua dulce a los bancos marisqueros. Un estudio que se lleva a cabo desde el aire, pero también a pie de playa. Y Poio, uno de los bancos marisqueros de Galicia con mayor productividad ha sido el lugar elegido por los investigadores. Desde el barco se recogen muestras de agua y en la arena, sedimentos que se llevan al laboratorio… Buscan saber por qué muere tanto marisco. El desplome del marisco es un hecho que confirman quienes viven de esto. El objetivo es salvar a un sector que ha visto reducir su producción en un 70% en los últimos 25 años.