Resuena a todas horas el canto del gallo. Sus plumajes son diversos y su actitud altiva junto a gallinas que crían a sus polluelos en un parque de Torrevieja. Son símbolo y entretenimiento sobre todo para los niños, pero suponen también un problema. Hay demasiada población, en torno a 700 ejemplares. Buena parte fuera del parque, poniendo en riesgo su integridad y el tránsito rodado. “Pueden tener problemasde malnutrición, de depredación, de atropellos”, explica Jordi Aguiló, veterinario de animales éxóticos del UCH CEU. Es también una cuestión de salud pública. “Porque son animales que no están sometidos a un control veterinario, entonces pueden transmitir enfermedades” , apunta Aguiló. Se introdujeron algunos ejemplares en el parque hace años y, ante su aumento, el pasado enero el Ayuntamiento de Torrevieja adjudicó a una empresa la tarea de llevarse a las gallinas. Pero la empresa ha renunciado porque la tarea incluía la obligación de trasladar a los animales a un entorno seguro y adecuado. Toca buscar de nuevo a quien se encargue de esas labores mientras la población de gallinas, gallos y polluelos convive con especies más urbanas como palomas y cotorras.