A María Jesús Puerta todavia le cuesta creerlo. La NASA ha premiado su proyecto entre 1200 candidatos. Solo seis ganadores y ella, la única de fuera de Estados Unidos. Un desafío de la agencia espacial norteamericana para reciclar la mayor cantidad posible de residuos generados por futuras misiones lunares. Y esta ingeniera de 56 años lo ha superado con creces. “Lo que intento es aprovechar el residuo y mezclarlo con un material de allí para darle un subproducto. Economía circular de la tierra extrapolada a la luna”, explica. El premio, 3 millones de dólares de los que María Jesús no podrá disfrutar. Son solo para los participantes estadounidenses. Pero su incentivo no era el dinero, sino su historia personal. “Soy una paciente de cáncer, estoy en tratamiento, y pretendía mandar el mensaje a mis hijos de que cualquier cosa en la vida con propósito se puede conseguir”, nos cuenta. De ahí el nombre del proyecto, Esperanza. Horas de trabajo restando tiempo al sueño, sola y desde casa que para ella han tenido la mejor de las recompensas.