Con la respiración acelerada José ve cómo una lengua de fuego rodea su casa. Se quedó atrapado con su mujer porque no pudieron salir a tiempo. Pasaron mucho miedo, como Jaume. Él se quedó a defender su casa del fuego. Gracias a eso su casa no se ha quemado pero el exterior ha quedado arrasado. Otras no han corrido la misma suerte. Con un gran nudo en el estómago los vecinos de River Park, la urbanización más golpeada por el incendio de Pont de Vilomara, han vuelto a sus casas. Eso si quedan... Visiblemente afectados, muchos no podían contener las lágrimas. Un total de 40 casas quemadas, entre ellas la de José. Estaba celebrando un cumpleaños familiar y en cuestión de minutos tuvieron que salir corriendo. El fuego ha reducido a cenizas toda una vida. Vuelven, pero con una sensación de impotencia y todavía con el susto en el cuerpo.

-Redacción-